¿Quién no recuerda a Maxwell Smart, el torpe pero encantador agente secreto que lograba salvar el día sin saber muy bien cómo? Desde su estreno el 18 de septiembre de 1965, ‘El Superagente 86’ se convirtió en un clásico de la televisión, gracias a su humor brillante y personajes entrañables. La historia de cómo llegó a ser lo que es hoy está llena de giros inesperados. Creado por Mel Brooks y Buck Henry, el programa fue cancelado en dos ocasiones antes de encontrar su camino al corazón de millones. ¿Y cómo se hizo famoso el zapatófono, el peculiar teléfono escondido en un zapato? Todo comenzó en una sesión de brainstorming, donde Brooks se dio cuenta de que algo tan absurdo sería perfecto para este agente secreto inepto. Su compañero de locuras, la Agente 99, aportaba equilibrio al humor, y El Jefe, su superior, proporcionaba ese contraste serio que hacía brillar aún más a Max. Desde el Cono del Silencio hasta la legendaria frase ‘¡No me diga!’, cada episodio estaba repleto de ingenio y risas. A pesar de un comienzo algo titubeante en el rating, la serie logró recuperarse y convertirse en un fenómeno, principalmente gracias al carisma de Don Adams y al magistral doblaje de Jorge Arbizu en la versión latinoamericana, que incluso inventó la entrañable figura de la tía de Acapulco. La serie no solo dejó una huella en la televisión, también inspiró películas, cómics y hasta obras de teatro, asegurando su lugar en la cultura pop. A pesar de su final en 1970, el legado del Superagente sigue vivo, recordándonos que incluso los más torpes pueden ser héroes con un poco de suerte y mucho humor.
Desde el icónico zapatófono hasta la engañosa tía de Acapulco, descubre los secretos de ‘El Superagente 86’.
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