La serie Emily en París, que ha cautivado a la audiencia desde su debut en octubre de 2020, vuelve a dar de qué hablar. Esta vez, no solo por su glamour y paisajes impresionantes, sino también por un detalle que ha pasado desapercibido para muchos: un guiño hacia la Argentina. La trama de esta nueva temporada, producida por Dan Starren, conocido por su trabajo en Sex and the City, ha logrado mantener a sus fanáticos pegados a la pantalla durante cinco años, pero este pequeño homenaje es algo que muchos no vieron venir.
Las elecciones de moda, el cabello y los accesorios que utilizan los personajes son elementos que no solo definen su estilo, sino que también dejan una marca en la memoria colectiva de un país. Un claro ejemplo de esto es la figura de Eva Duarte, quien fue la esposa del presidente Juan Domingo Perón y ocupó el cargo de Primera Dama desde 1946 hasta su fallecimiento en 1952. Su estilo y presencia han dejado huella en la historia argentina.
Conocida como ‘Evita’, ella siempre aparecía en público con un estilo que combinaba la alta costura parisina con un carisma inigualable. Este icónico retrato de una mujer poderosa se ve reflejado en el primer episodio de la nueva temporada de Emily en París. Pero antes de que continúes, ten cuidado: hay spoilers a continuación!
En el primer episodio, la historia se desarrolla en Roma, donde Sylvie Grateau expande su agencia y elige a Emily Cooper para liderar la nueva sucursal. Durante un paseo, Sylvie se reencuentra con una amiga, la principessa Gianna Grapezzi di Saturnia, quien comparte su experiencia de ser parte de la realeza en una ciudad donde la gente no le prestaba atención. Esto las lleva a organizar una fiesta de bienvenida en el palazzo, donde la principessa se presenta con un vestido negro que lleva bordada la frase “Italia is love”, y un peinado que recuerda a los de Eva Perón.
En medio de la celebración, ella se asoma al balcón y, con un gesto simbólico, llama la atención de todos al golpear una botella de cerveza. “Damas y caballeros. Levantemos una botella de Peroni Nastro Azzurro”, exclamó. Sus palabras, llenas de carisma, buscan dar la bienvenida a Sylvie y celebrar su llegada a Italia. El público aplaude, y el ambiente se siente como un anuncio publicitario, donde Jane, la principessa, concluye su discurso con un saludo que recuerda al famoso gesto de Eva Perón, levantando los brazos en señal de alegría.
Julien, amigo de Emily, observa la escena y comenta con ironía: “¿Quién se cree que es? ¿Eva Peroni?” Este juego de palabras destaca la conexión entre ambas figuras. El guiño a Eva no es una coincidencia, ya que tanto ella como Emily tienen un vínculo especial con la icónica casa de moda Christian Dior. El famoso diseñador llegó a afirmar que la única reina a la que había vestido era Eva Perón, quien incluso tenía un maniquí con sus medidas en su taller, dado que no podía viajar constantemente a París para las pruebas. Mientras tanto, Emily, al caminar por París y Roma, parece rendir homenaje a esa estética de lujo que ambas comparten.
La relación entre Eva Perón y la casa Dior no fue solo la de una clienta y un diseñador, sino un romance estético que marcó el siglo XX. Todo comenzó en julio de 1947, durante la célebre “Gira del Arco Iris”, cuando Eva llegó a París poco después de que Dior revolucionara la moda con su colección “New Look”. En su visita al taller de Dior, ambos se sintieron impactados, y el diseñador vio en Eva a la embajadora perfecta para su visión de elegancia y feminidad.
La serie incluye un guiño a Eva Perón y su estilo en su nueva temporada.
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